martes, 14 de octubre de 2008

...y Seguimos...

Tal vez sea estas horas tan intempestivas para un viejo de 34 años o tal vez el Idalprem, pero lo cierto es que estas horas no sólo me permiten sino que me inspiran a ponerme la piel del Escriba Errático y errar cual artista ebrio por las lagunas de la mente.
Toda mi vida me he sentido un clon.
Es una sensación extraña el ser consciente de cuántas cosas que van formando la propia personalidad van saliendo clonadas de compañeros de colegio, hermanos, amigos, familia, desconocidos, famosos, y de la tal vez casualidad...
¿Y si todos nos copiamos de todos? ¿de dónde sale tanta variedad?
Tal vez es como eso de que el universo lo es todo y nada a la vez, puesto que salió de una condensación de la nada. El todo que surge como oposición a la nada, lo estático del perpetuo movimiento...
Parece un juego para entretenernos y tal vez entretener a alguien más, no sé.
Dicen que los antiguos Herméticos tenían una máxima "así en lo mínimo como en lo máximo todo se corresponde", y si nos fijamos con detenimiento se podría aplicar este principio a todo, prácticamente, desde la estructura de los átomos a la disposición de las galaxias, desde la jerarquía de una persona consigo misma, a la de su familia, su entorno, su país, su civilización, y con suficiente perspectiva, a la de la humanidad entera...con cada contradicción, con cada defecto o virtud, el individuo, el mínimo, se corresponde con el total, con el máximo.
Yo no sé si estaban flipados los Herméticos o no, pero cuando oigo esa frase, algo resuena dentro de mí.

lunes, 13 de octubre de 2008

Comenzamos...

A ver...esta es mi expresión cuando no veo aun en mi mente qué quiero expresar, es como una orden que espera inocente que algo se ponga en marcha como por arte de magia...y lo más gracioso es que de hecho SI se pone en marcha...y algo sale; generalmente con más sustancia de la que pudiese poderse extraer en un primer somero vistazo.

El Escriba Errático. Efectivamente ese es mi Alter Ego. A la deriva siempre, desesperado por aferrarme a un puerto donde atracar y pasar feliz y sereno el resto de mi viaje...aunque ¿quién viaja amarrado a un puerto?
Dicen que la dualidad es una ilusión que se trasciende con la meditación. No lo sé, nunca lo he probado, tal vez por miedo a que no sea cierto, o tal vez por pavor a que si lo sea y la falsa seguridad de la errática vida se diluya por su propia inconsistencia y me deje abocado al abismo de la responsabilidad y la posible felicidad verdadera.

Nunca he comprendido la poesía. Mi padre escribía poesía, o al menos él lo definía como tal. Publicó un librito o dos de poesía y un ensayo sobre una aventura de unos chiquillos soñados de su infancia en Lanzarote, entre cactus y osamentas de camella. Lo que sí que llegué a desarrollar fue una sensación.
Cuando veo o leo o oigo arte, no puedo verlo con el potente motor de la lógica analítica, porque no sirve. Tengo que verlo con las vísceras, con las emociones que tanto me duele tocar y que irremediablemente sacan a la superficie esas crueles expresiones artísticas. Obsceno, se podría decir, que es el Arte verdadero, aquel que expone sin vergüenza las emociones más profundas e íntimas del artista para compartirlas alegremente con el sorprendido público.

Dicen que Francis Bacon era un "genio"...yo creo que era simplemente un humano que no podía fingir en un entorno absolutamente artificial. Seguro que eso te crea un corsé que cual olla a presión fuerzan que el chorro a presión que sale de la mente y sobre todo del dolor del artista no se pueda contener. Es a la vez cárcel y catalizador, cual progenitores excesivamente rígidos...todos sabemos de dónde salen las almas más rebeldes.